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miércoles, 22 de julio de 2015

La Oropendola Verdosa


En la Primavera canta


Con la llegada de la primavera se acrecienta mis ansias por salir al campo, prismáticos en mano y cámara de fotos a la espalda. El colorido que emana de la tierra me atrae sobremanera para los propósitos fotográficos. Especialmente por que se que muchas aves estivales regresan a la península a deleitarnos con sus vuelos, cantos y vivos colores, que acompañan perfectamente el paisaje primaveral.
-La vida llena aún más si cabe las riberas, campos de cultivo, montes y charcas. Para comenzar un nuevo ciclo en la vida animal, las aves, mamíferos, anfibios y reptiles, campean a sus anchas por nuestras sierras y campiñas, con el fin de buscar sustento y algún lugar donde traer al mundo nuevos vástagos. Mi propósito en estas fechas es disfrutar de las aves que en invierno nos dejan, como por ejemplo el protagonista de este breve relato, la Oropéndola.

El Color que destaca mucho en el ave


Hay un color especial en esta estación del año que se lleva toda mi atención, a pesar de la multitud de tonos maravillosos que la explosiva primavera nos muestra, yo no puedo dejar de pensar en uno muy especial, el amarillo intenso de la Oropéndola. Un ave singular que con su canto característico me atrae intensamente hacia su búsqueda por algún recóndito lugar de la ribera extremeña.
-Es un ave de tamaño similar a un Mirlo, unos 22-24 cm. El macho tiene un color mas intenso que la hembra, y una línea ocular oscura que lo hace inconfundible junto a su pareja. Sus alas presentan un tono oscuro, casi negro que destaca sobre el amarillo de su inconfundible cuerpo. La hembra por otra parte es de un amarillo más apagado, carente de mancha ocular y alas mas verdosas, el pico es de color rojo sucio y menos llamativa que el macho. Por otra parte es una tejedora excepcional, y es lo que más me llama la atención a la hora de intentar reflejar su modo de vida mientras nos visita.

El gran canto e la oropendola Verdosa



La Oropéndola, normalmente esta ligada a zonas de bosque caducifolio de riberas y sotos, aunque también puede habitar otras zonas como robledales, alcornocales, etc. Pero yo la suelo buscar en lugares donde el frescor del río me permita largos paseos si el Sol aprieta. Ya que la Oropéndola suele bañarse en aguas tranquilas con chapoteos espontáneos casi siempre en el mismo tramo de río, por tanto para mí lo ideal es frecuentar las zonas ligadas al medio acuático, ríos por supuesto.
Aún así no es fácil encontrar esta especie, si que es verdad que su canto melodioso y único se escucha con frecuencia, pero llega a ser frustrante mirar en la dirección del sonido y no ver nada. Se posa en las copas de los chopos u otros árboles y a pesar del llamativo colorido intenso ni se las ve. Solo de vez en cuando puedo vislumbrar un vuelo rectilíneo de una estela amarillenta que delata su dirección. Por lo tanto no cabe más que frecuentar estos lugares y esperar a encontrar un sitio apropiado donde su canto junto a otros ejemplares nos indique que la zona es de querencia para la construcción del nido de la Oropéndola.

Es una Gran Tejedora


Con algo de suerte, ya que como decía es una ave esquiva y difícil de localizar, podemos verla frecuentar los árboles cercarnos al río y zonas de cultivo, El Valle del Jerte, es para mi un lugar idóneo para su búsqueda, al tener cerca los campos de cerezos cultivados, cuyo fruto le proporcionará alimento junto a los insectos y demás bichitos del campo. El río Jerte, que desciende por el valle, alberga en sus orillas inmensas choperas y alisos que harán cobertura a sus elaboradas construcciones, he aquí el gran logro de esta singular ave, tejer en sus ramas delicados nidos ibanados con hilos de saco y otros desechos que el hombre deja a su paso y que ellas aprovechan para forjar su confortable casa y así depositar entre 3 y 4 huevos en una taza perfectamente sustentada.
-He tenido la oportunidad de ver en directo la laboriosa construcción del nido, a distancia y camuflado, la hembra utiliza su pico como si fuera una aguja de costura, una vez localizada la horquilla que dará cimiento a la construcción, dedicara la mayor parte del tiempo a buscar elementos que le ayuden a tal fin. Terminado éste,  será el lugar perfecto para la cría de polluelos y ambos individuos se encargaran de la alimentación de los pollos, sacando adelante otra pollada de bellos pájaros que entonan sus cantos para la alegría del observador de aves. La Oropéndola sin duda podría competir perfectamente con cualquier ave del paraíso, o eso al menos a mí me parece.

Para recabar más información visita nuestro sitio: https://equilibrio.mx/la-oropendola-verdosa/