viernes, 27 de febrero de 2015

Conejos En Plena Naturaleza


El conejo siempre fue un animal raro en el norte de España. En realidad las únicas poblaciones autóctonas en Cantabria se encontraban en el sur de la región y no eran fáciles de descubrir. Hace unos años, gracias a una subvención de la Dirección General de Biodiversidad, se inició un proyecto de instalación de madrigueras artificiales (majanos) en Valderredible, que han resultado todo un éxito. Una gran parte de ese éxito se debe a mi amigo Chuchi, que fue quien realizó la mayor parte del trabajo de campo. Hoy en día los conejos pululan por un vasto territorio y parecen resistir la presión de una gran variedad de depredadores, como zorros, gatos monteses, águilas reales o aguilillas calzada.
En las fotografías intento reflejar diversos momentos en la vida de estos mamíferos. La primera es un ejemplar situado a escasos 4 metros del hide y que no había localizado, pues pasa desapercibido en el seno del pastizal. La segunda es un gazapo a la entrada de la madriguera. Aquí, en este territorio donde la caliza aflora en superficie, no es fácil para los conejos excavar y no abundan las madrigueras de entidad  como ésta. La tercera fotografía demuestra la capacidad de supervivencia de este animal: un conejo encaramado a 1 metro de altura sobre las ramas espinosas de una Genista scorpius, alimentándose de brotes tiernos.


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sábado, 21 de febrero de 2015

Mochuelo en el páramo


La idea inicial era husmear al amanecer por el páramo de La Lora, en busca de pelo. Por desgracia, aún muchos pastizales están sin segar y no es fácil localizar a los pequeños carnívoros; incluso los corzos son poco visibles entre las hierbas altas. Estas tierras del sur de Cantabria me tienen maravillado desde que hace años realicé un trabajo sobre su avifauna reproductora. Aquí hay especies exclusivas del mundo mediterráneo, muy raras o inexistentes en el resto de la región, como la curruca tomillera, la curruca carrasqueña, la collalba rubia o la abubilla. Precisamente tenía en mente intentar fotografiar a las abubillas y me camuflé en una zona querenciosa. Las abubillas me dieron esquinazo, pero en el lugar adecuado se posó este auténtico broncas: el mochuelo.
A pesar de su pequeño tamaño, este búho es realmente agresivo y recuerdo bien cuando en alguna ocasión he realizado recuentos nocturnos de aves con reclamo, cómo los mochuelos son los primeros en contestar. Y conviene apagar el reproductor rápido, pues su grado de excitación llega a ser muy elevado.
En definitiva, uno se levanta a las 05.15 h para fotografiar mamíferos y termina fotografiando a un búho a las 11.00 h de la mañana en uno de los días más soleados y calurosos del año. ¿Quién lo entiende?



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