Hace unos días caían las últimas nevadas en la comarca de Bricia, al sur de Cantabria. Ante la imposibilidad de montar el hide por el fuerte viento, opté por intentar fotografiar a los pájaros que por allí deambulaban desde el coche. Junto a un pequeño seto al borde de una parcela dedicada al cultivo de cereal, fueron desfilando gorriones chillones, escribanos cerillos, pinzones, tarabillas y collalbas. Repentinamente apareció un torcecuello que salió de no se sabe dónde y, aunque el entorno es mejorable, pasé un rato bien entretenido con el comportamiento de este miembro aberrante de los Pícidos. En esta comarca, donde se alcanzan los índices de diversidad aviaria más altos de Cantabria, es aún una especie común, pero en la franja costera, donde vivo, el torcecuello está virtualmente extinto.
Ese mismo día, en el páramo de La Lora, con viento fortísimo, temperaturas de 0º C y con nevadas frecuentes, fotografié a la abubilla de la imagen de abajo. Viéndola en ese ambiente tan gélido pensé si no se estaría preguntando quién la mandaría volver de África.
Para recabar más información visita nuestro sitio: https://equilibrio.mx/el-torcecuello-dificil-de-ver/
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