-El que haya tenido la oportunidad de admirarla en vivo y en directo, jamás olvidara su silueta casi siempre acompasada de un graznido característico que la hace inconfundible y que en cuanto lo escuchamos nos hace girar la mirada en busca de su gran porte en comparación con otras águilas. Asomando por el horizonte veremos en sus hombros una hilera de plumas blanquecinas muy llamativas para esta rapaz que bien se podría confundir a lo lejos con otra de nuestras grandes águilas, la Real, aunque como digo esta característica a la vez que su plumaje claro en la cabeza la hace inconfundible respecto a otras águilas. No es fácil observarlas en su hábitat natural con tiempo para admirar su increíble vuelo y porte, pero aquí, en Extremadura tenemos la gran suerte de observarla en estas fechas en un enclave único del bosque mediterráneo, El Parque Nacional de Monfragüe, donde en esta época del año nos deleita con sus pasadas frente al farallón cuarcitíco de la “Portilla del Tietar”. Si duda uno de los lugares escogidos para disfrutar de esta majestuosa especie.
Siempre marcando su territorio
Como ya he comentado es todo un lujo para los amantes de las aves contemplar a la imperial en plena época de celo. Es sin duda una suerte que use uno de los emplazamientos para la construcción del nido, cerca del mirador. No sabemos si al final optará por quedarse como nido principal tan cerca, pero en anteriores ocasiones ya lo hizo y nos dejo disfrutar de ella bastante tiempo, incluso sacando un pollo adelante en la crianza de ese año. Lo que nos demuestra que a pesar del trasiego de gente que pasa por el parque, esta pareja en concreto se ha habituado a nuestra presencia, haciendo caso omiso de personas y vehículos que pasan cada día. Por tanto no creo que se de en muchos lugares una forma tan peculiar de admirar en su medio a esta rapaz.
Como sin con ella no fuera la cosa, la pareja de imperiales deambula por el roquedo, ahuyentando a todo aquel que se cruza en su camino, normalmente a los buitres, y entre estos suele escoger para su venganza a los grandes Buitres negros, que especialmente son acosados por la pareja en cuanto están a “tiro” de pico. Los graznidos que se expanden por el aire resuenan con fuerza al rebotar contra el farallón de cuarcita, advirtiendo su presencia a los demás plumíferos que cruzan en el espacio aéreo. Es sabedora de que tendrá competidores por los emplazamientos en los árboles cercanos y que los buitres no dudaran si se descuida en usurparle el recién reconstruido nido. A pesar de ello, no cejara en su empeño por llevar ramas y palitroques al lugar escogido como posible hogar.
Paseos Matutinos
El amanecer en la “Portilla del Tietar”, resultaba desapacible, como suele suceder en las frías mañanas de invierno, pero con buen abrigo e ilusión las inclemencias del tiempo se llevan mejor. A primera hora, los buitres y demás inquilinos del roquedo, suelen quedarse en sus posaderos habituales hasta despuntar el sol que les ayude a calentar el aire y formar esas corrientes que suelen aprovechar para elevarse a lo mas alto y así realizar quehaceres diarios. No obstante en estas fechas cambian sus paseos matutinos por quedarse en las cercanías con sus parejas, contribuyendo a tapizar las plataformas en el roquedo que usaran para realizar las puesta de sus huevos allá por finales de Febrero y Marzo. Antes el gran Buho real, que tambien habita por estos lares, ya tendrá a buen seguro puesta de este año, pero no lo veremos a menos que se mueva al alba entre las rocas o salga para cazarla pareja, mientras eta incuba su puesta de 2 o 3 huevos. Si en cambio es buen momento para escuchar el ulular que resonará con fuerza a la caída del Sol.
Al poco tiempo de observar con detenimiento como los buitres entran en barrena hacia el nido, escucho el sonido característico que me advierte que una de las imperiales, vuela entre ellos, dirijo mi mirada hacia donde creo haberlo escuchado, y no tardo en encontrar la silueta del ave que me tiene ensimismado estos días. Vuela junto a los demás buitres sin hacer mucho caso al tráfico intenso que ahora circula entre los cielos.
De vez en cuando pica hacia alguno de ellos para demostrar su fortaleza y dominio del aire, picando sobre los emplumados cuerpos de los buitres que ven como un misil de algo menos de envergadura se cierne sobre sus cabezas, y que solo pueden esquivarlo si han advertido antes su presencia.
Como no podía ser de otra manera en este privilegiado lugar, el vuelo acrobatico de la imperial es visible apenas a 60 metros de distancia, todo un lujo para la vista observar sus idas y venidas delante de nuestra narices. De vez en cuando aparece la pareja y juntas inician esos vuelos nupciales que antaño nos mostraba el gran Félix Rodríguez de la Fuente y que tanto nos enseño y al que admiraremos siempre.
La recogida de ramas de entre la maleza es algo habitual en ellas estos días, como decía antes sus quehaceres matutinos se ven abocados a reconstruir los emplazamientos que tienen pensado utilizar, son dos o tres plataformas escogidas encima de algún alcornoque y separados entre si por pocos metros. No estaremos seguros por cual se decantaran para la crianza, pero desde luego es lo que menos nos importara si nos deja disfrutar de su presencia durante una temporada.
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